Sunday, May 27, 2007

LOS MEDIOS EN UN GOBIERNO MILITAR


Escribimos esta nota 30 minutos antes de que RCTV sea cerrado por no haberle renovado la licencia el gobierno de Hugo Chávez. Conviene revisar la historia para revisar un caso que fue parte de una política del gobierno militar peruano, que ilustra la manera como suelen trabajar los regímenes autoritarios con los medios de comunicación

El 26 de julio de 1974, mediante el Decreto Ley 20681, los diarios fueron expropiados para entregarse a lo que se denominó “sectores organizados de la población” (campesinos, comunidades laborales, profesionales, etc[1].): A este proceso el gobierno militar lo denominó socialización de la prensa y sus detractores lo calificaron más bien como confiscación. Las diferencias de criterio se grafican en el cuadro siguiente:

Elaboración: ALR

Inicialmente los periódicos mostraron algunas diferencias en cuanto a su línea periodística y su contenido, que tenía en todo caso un tinte oficialista. La experiencia devino posteriormente en un parametraje en función del cual todos los diarios de circulación nacional formulaban una monocorde opinión a favor del gobierno.

Si a partir de los casos mencionados quisiéramos explicar la vinculación entre el poder político y los medios de comunicación señalaremos en pocas palabras lo siguiente: Cuando el régimen en que funcionan los medios es democrático los medios son independientes, pero cuando existe un gobierno autoritario los medios de comunicación son habitualmente dependientes del poder político o en cualquier caso reciben fuertes presiones del mismo.

[1] Eran sectores organizados a partir de centrales sindicales o gremios formados por el propio régimen.

Saturday, May 19, 2007

INTERNET COMO FUENTE DE INFORMACIÓN

Para el periodista investigador, pero también para cualquier comunicador, Internet resulta una invalorable fuente de información actualizada, que amplia ilimitadamente nuestros recursos para la obtención de datos y desde luego ensancha los horizontes de nuestra perspectiva de la realidad. Obviamente esto facilita enormemente la tarea de reconstrucción de la realidad que implica el trabajo periodístico, lo que explica el porqué de su acelerada utilización por parte de los colegas.

En el 2000 se estimaba que cerca de los 90% de los hombres y mujeres de prensa latinoamericanos estaban conectados permanentemente a Internet, para conocer directamente y con gran prontitud lo que sucedía en el mundo entero. Mientras tanto en España, hace ya 5 años el 95 por ciento de los periodistas recibía y enviaba información vía correo electrónico y éste era el medio preferido para recibir notas de prensa mientras que el 93% de los periodistas consideraba la Red “imprescindible para su trabajo”. En el Perú, somos pioneros en el sistema de cabinas publicas del que podemos disponer en casi cualquier ciudad del territorio, a un precio muy accesible (en Lima es factible encontrarlas desde 15 centavos de dólar por hora). Esto permite que los profesionales de la información peruanos inclusive de los medios más modestos, tengan ahora posibilidades de acceder fácilmente a un número infinito de datos.

En tanto los periodistas latinoamericanos hacemos uso cotidiano de los recursos de Internet, constituimos una comunidad que tiene acceso a la información más diversificada y amplia en toda la historia del periodismo; incluyendo a la de los estados, gracias a las propias características del sistema así como a los recursos que continuamente son innnovados. Esto, para decirlo en términos marketeros, representa una ventaja comparativa, para desenvolver su trabajo profesional en la sociedad contemporánea, caracterizada por la marcada competitividad en el mercado laboral y la incesante necesidad de datos (Gráfico 1).




Elaboración: ALR

Gráfico 1. Ventajas comparativas del uso de Internet



De acuerdo con lo citado, no es factible imaginarnos a un periodista a quien se considere actualizado, trabajando sin conexión alguna a Internet, y ni siquiera un medio que no emplee cotidianamente los recursos de la red global, incorporando frecuentemente los temas encontrados en la propia agenda mediática.




















Monday, May 14, 2007

ALGUNOS DATOS SOBRE LA MÚSICA CHICHA

Hasta hace unas cuatro décadas, Lima capital del Perú, era si cabe la expresión “más limeña”. En aquellos tiempos, la discriminación del limeño hacia el andino era muy marcada. Los “lugares de encuentro” de los migrantes de la sierra peruana eran los pocos clubes provinciales que existían y en especial el Coliseo Nacional, ubicado en una zona populosa donde cada fin de semana se presentaban espectáculos con artistas folklóricos venidos de diferentes lugares; en especial de la zona andina. En estos lugares, la música y las viandas regionales permitían que se reencontraran, al menos temporalmente, con “los suyos” con todo el significado de identidad que ello supone. Solamente una emisora, Radio El Sol, trasmitía música andina por las mañanas, al inicio de sus trasmisiones. es significativo que se le diera ese horario luego de mucha insistencia, ante la creencia de que no tendría sintonía.

Durante las últimas décadas del siglo XX, tal como lo dice Jurgen Golte en su libro Los caballos de Troya de los invasores, los migrantes cambiaron el rostro de la capital que se fue convirtiendo paulatinamente en una mixtura caótica de rasgos provincianos y citadinos. Una de las resultantes de este acelerado proceso de migración hacia la urbe, de lo que Aníbal Quijano ha llamado en varias de sus obras ”cholificación", y de la marcada informalización de nuestra sociedad es lo que ha tendido en denominarse cultura chicha, conjunto de componentes que son expresión de que la cultura típica de la gran urbe ha sufrido ostensibles cambios en el país.

Esta nueva cultura, a la cual podemos dar diversos calificativos, compartirla, rechazarla, ignorarla, negarla o aún descalificarla, se expresa de muchas maneras en diversos ámbitos, tanto en lo simbólico como en lo conductual.

Concentrémonos en una de sus manifestaciones, la música chicha, en la cual se fusionan los acordes de la cumbia colombiana, de la guaracha y de los ritmos andinos con una temática que refleja la realidad del migrante. Expliquemos algunos hechos históricos sobre el particular:

Con respecto al origen del término, con frecuencia se sostiene que deriva de la chicha, ancestral bebida peruana usada con carácter ceremonial durante el Imperio Incaico. Nuestra visión es otra: Hacia el año 1967 fue lanzado un LP grabado para el sello MAG por Los Demonios de Corocochay, interpretando cumbias con originales arreglos andinos; en lo que estimamos como la primera manifestación de la música chicha, calificada así luego del éxito de la canción La Chichera. Los músicos aparecían en la portada del disco con traje típico del Ande, pero enmascarados Según se decía en el ambiente artístico, entre los integrantes habían conocidos profesionales quienes según la promoción de la disquera se quitarían la máscara cuando su música se hiciera popular. Entendemos que una de las razones por las cuales no mostraban el rostro los músicos, era la descalificación que en ese entonces se evidenciaba en la capital hacia las expresiones culturales andinas.

En aquella época, solamente algunas emisoras populares (todas ellas en AM porque la FM le era vedada), presentaban las canciones de este género, al que algunos de sus mentores e intérpretes prefieren denominar música tropical andina, pues entienden el término chicha como despectivo.

Poco a poco se fue ganando un espacio mayor hasta que en determinado momento varias emisoras modificaron su formato pasando a presentar casi exclusivamente chicha, convirtiéndose en líderes entre los migrantes, y en especial en los sectores populares, tal como puede colegirse del tipo de oyentes que contactan telefónicamente con las emisoras, participan en sus concursos o acuden a las fiestas que organizan.

Resulta significativo que la animación de los programas y la propia promoción de las actividades sigan la línea general de los spots que hace un par de décadas anunciaban la actuación de grupos folklóricos del interior del país: Locutor gritando los nombres de los conjuntos y hablando rápidamente, uso de reverberación y música de fondo muy alta. También supone uso de colores encendidos, que son parte de la tradición del mundo andino, en su publicidad impresa o en los banners que se colocan en el frontis de los lugares donde se baila esta música [1]o en sitios aledaños.

Esta música que tiene varias vertientes que no trataremos aquí, se impuso en muchas zonas del país y se sigue cultivando hoy en día.

Desde hace algunos años la música chicha se ha convertido en producto de exportación; es así que en Argentina el ritmo de sus intérpretes llamados allí bailanteros, han hecho furor incluso en la televisión bonaerense habiéndose transformado en ídolos algunos grupos argentinos y otros peruanos, que desde hace cierto tiempo se reexportan al Perú. Los fines de semana se realizan actividades similares en varios puntos de la ciudad, lo cual obliga a los grupos a movilizarse de uno a otro lugar. Precisamente es en esas circunstancias que se produjo el reciente accidente del Gupo Néctar en el cual fallecieran sus integrantes.




[1] Conocidos popularmente como chichódromos

Sunday, May 13, 2007

LA COMUNICACIÓN VÍA CHAT

El chat es un sistema de intercambio comunicativo que tiene rasgos muy especiales, los cuales resulta necesario comentar:

Uso de textos muy breves que simulan el lenguaje oral: Decimos esto, porque a pesar de ser textos redactados con mucha espontaneidad no logran la riqueza de la expresión oral

Comunicación sincrónica en tiempo real: El tiempo entre el tipeo del mensaje y su recepción es muy rápido, en medida tal que al parecer habría una comunicación simultánea.

Uso de convenciones para el intercambio: Existen un conjunto de recursos convencionales, algunos de validez relativamente universal y otros establecidos en una determinada comunidad de chat

Las relaciones son habitualmente simétricas: Las convenciones sociales pautan que la confianza entre los interlocutores se vaya incrementando en la medida que exista un constante contacto; pues bien, en el caso del chat como punto de partida, existe una amplia apertura. Sin embargo, es bien cierto que esto mismo se observa en otras modalidades de comunicación mediada por computadoras.

Quienes intervienen utilizan el tuteo como expresión de confianza: Con la misma connotación en algunas culturas latinoamericanas, se reemplaza el tú por el vos.

Reforzadores no verbales bajo la forma de emoticones: Ya que no es factible visualizar la riqueza de lo no verbal (que para algunos autores implica el mayor volumen de la comunicación interpersonal), se emplean letras, signos o combinaciones de los mismos, para expresar las reacciones frente al mensaje

Constituye un paso preliminar para el intercambio más cercano usando otra clase de recursos tales como un chat privado o el correo electrónico: Así por ejemplo, en el marco de una comunicación en un chat público se elige a una persona determinada que figura en la lista de presentes, usando un comando específico se envía un privado o se le bloquea para que no aparezcan sus mensajes en público. Solamente en ciertos casos se da el salto hacia el correo electrónico, y se deriva hacia el MSN que involucra una forma de intercambio más personal.

Rocco (2002) estima que la interacción en el chat muestra al menos dos características que la diferencian de la realizada cara a cara:

Carencia de información del contexto social común a los sujetos involucrados.

Incapacidad de expresar los patrones de comunicación no verbal

Con respecto a la primera, el contexto en que se desarrolla la comunicación interpersonal tiene marcada importancia por cuanto proporciona la plataforma[1] para que los interactuantes intercambien mensajes y los comprendan. Al parecer, quienes chatean no se percatan de la ausencia de este elemento clave; es por ello que presumimos que en su contacto emplean expresiones relativamente universales para los hablantes de una determinada lengua; y en caso de que alguien maneje algún término de su universo discursivo propio, suele aparecer de inmediato un mensaje que le solicita la aclaración respectiva.

Aunque los usuarios del chat dicen estar conversando, en realidad lo que hacen es apelar al lenguaje escrito intentando emular de cierta manera a la comunicación cara a cara. Mayans (2000) afirma que el discurso del chat es una obra colectiva construida a base de fragmentos, expresando que es “el más segmentado, participativo y 'oral' de los registros escritos”. Obviamente le faltan los aspectos paralingüísticos que en la comunicación cara a cara sirven para enfatizar, reemplazar y hasta contradecir los mensajes verbales. A su entender el lenguaje del chat es una experiencia lúdica, en la cual el. Individuo:

· Juega con las palabras

· Juega con los símbolos

· Juega con el medio

Con relación a lo no verbal, es cierto que los emoticones nos permiten manifestar la respuesta emocional; no obstante ello carece de la espontaneidad que se observa en una interacción habitual, con lo cual pierde gran parte de su riqueza. Con todo coincidimos con nuestra buena amiga boliviana Tanya Imaña para quien el chat involucra una verdadera comunicación, entendiendo por esto que la retroalimentación no queda relegada como los mass media tradicionales, siendo el chatero el constructor de su interacción.

No somos los primeros en aludir a la influencia negativa producida en el manejo del lenguaje escrito a partir del uso exagerado del chat. En éste se maneja una expresión escrita muy breve, análoga (pero no idéntica por cierto) al habla, con una pobre construcción. Al menos de manera empírica, hemos notado que muchos jóvenes que hacen uso excesivo del chat experimentan un deterioro en sus habilidades lingüísticas, de manera tal que redactan muy mal y muestran un repertorio limitado aunque como contraparte hemos observado la habilidad para participar en actividades simultáneas, comunicándose con varios interlocutores por el chat y con alguien a través del celular. Con todo, la discusión sobre el chat da para escribir mucho más que esta nota

[1] Usamos libremente la expresión utilizada en sistemas, para aludir a sustento material.